domingo, 30 de junio de 2019

Decisiones



Un día leí en alguna de esas imágenes motivacionales de esas que solo te motivan por unos minutos, lo siguiente “no somos las decisiones que tomamos así que no te quedes estancado en una mala decisión”. Pero si no somos las decisiones que tomamos entonces ¿Qué somos? ¿Acaso no hemos llegado hasta este lugar donde estamos ahora con las experiencias que hemos vivido debido a nuestras decisiones?
Todos estamos destinados a tomar decisiones diariamente, algunas triviales y sencillas como que vamos a comer, que es lo primero que haremos en el día, cruzamos la calle ahora o esperamos un minuto más. Algunas son más difíciles de tomar, ¿Me divorcio o no? ¿Me mudo a la ciudad a donde quiero vivir o me quedo aquí donde he logrado tanto? ¿Renunció a este trabajo que no me gusta y buscó otro o me quedo en esta que me da seguridad? ¿Lo intento una vez más o renuncio? ¿Invierto en este negocio o no? Y así como estas muchas más interrogantes cuyas respuestas llevan a la toma de una decisión, estas últimas no son tan fáciles de tomar y por lo general nos lleva bastante tiempo concretar una decisión.
Una verdad absoluta y global es que todas las decisiones vienen de la mano con consecuencias, es como un matrimonio, entonces las decisiones pueden llevarnos a un matrimonio feliz o un matrimonio desdichado; cuando las cosas no salen como lo esperamos después de tomar una decisión es cuando nace el concepto de malas decisiones, porque no estamos satisfechos con el resultado de los acontecimientos, ciertamente esto sucede más a menudo de lo que nos gustaría.
Por mi parte yo sí creo que somos las decisiones que tomamos –al menos una parte–, somos tanto esas decisiones que nos gusta llamar buenas decisiones ya que las tomamos de forma premeditada, cuando nos informamos, evaluamos las posibles consecuencias de nuestras acciones, pero así también somos esas acciones que tomamos desde la emocionalidad cuando nos invade la ira, el desespero, la felicidad y cualquier emoción que te empuje a decidir porque ¿Qué es la vida sin un poco de desenfreno?
“Having no regrets is all what I really want” es una frase que escuché en una canción y modifique y la apropie como mía, la traduzco como “No quiero tener arrepentimientos” y no es que no tenga cosas de que arrepentirme, pero me gusta más la idea de aprender de cada experiencia que vivo, sea buena o mala en vez de estar sufriendo por cosas que ya no puedo cambiar.
Así también afrontar las consecuencias de las decisiones que he tomado, porque al final del día son mis decisiones así no hayan sido las mejores, las tome yo y no le debo fidelidad a nadie más que a mí. Hasta ahora he tomados muchas decisiones algunas premeditadas, emocionales, consensuadas, con ayuda de otros pero al final han sido mías y  estoy feliz de haberlas tomado porque me han hecho la persona que soy.
¿Y tú estás tomando tus propias decisiones o alguien más lo está haciendo por ti? ¿Estás aprendiendo de las situaciones a las que te han llevado tus decisiones o estas sufriendo por ellas?
 “Nuestras elecciones son lo que nos hace ser lo que somos” Cassandra Clare, Lady Midnight


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