Cuando
estoy contigo siento que estoy viviendo en una película, y no en una de esas que ves solo una vez en la vida y de casualidad, no, una de esas películas que observas un día y te enamoras de ella, tanto que quieres verla cientos de veces y mostrársela a todo el mundo como si no tuvieses otro objetivo más que ese.
Porque cuando estoy
contigo la película de mi vida empieza a ser más interesante, más divertida,
más llena de vida, aunque en esta película yo no soy el protagonista sino tú,
tengo la suerte de compartir escenario contigo, de besarte, tocarte,
acariciarte, enredar mis dedos en tu cabello y sobretodo sentir tu corazón
latiendo cerca de mi pecho.
Toda buena película tiene un gran playlist, cuando estoy contigo solamente suenan los mejores hits, los número uno, aquellos que erizan la piel, aquellos que pueden ser aclamados por una multitud, como aquellos que te desgarran el corazón en soledad pero que te hace sentir vivo.
Toda buena película tiene un gran playlist, cuando estoy contigo solamente suenan los mejores hits, los número uno, aquellos que erizan la piel, aquellos que pueden ser aclamados por una multitud, como aquellos que te desgarran el corazón en soledad pero que te hace sentir vivo.
Lo cierto es que cada vez que estamos juntos estoy viviendo en la película mejor producida de todos los tiempos. Lo mejor de todo es que ni si quiera te esfuerzas, eres simplemente tu y eso lo hace mucho más real.
Las mejores películas son aquellas de personajes peculiares, distintos, románticos, personajes que marcan la diferencia, al parecer en el casting escogieron el mejor protagonista, ese que te hace reír sin intentarlo, que sabe decir las cosas en el momento indicado, y sobretodo decir colas que se arraigan en tu corazón.
La cosa con las películas es que terminan. Finales existen tantos como te puedas imaginar, pensé que contigo había encontrado el final de “felices para siempre”, en lugar de eso me dejaste con muchas expectativas, innumerables dudas, un sin fin de interrogantes que solo puedo responder en mi imaginación; un final abierto fue lo que me diste.