Prometí mantenerte junto a mí sin
importar el que.
Te prometí los besos más dulces,
y los abrazos más reconfortantes.
Te prometí dejar muchas cosas que
no te gustan de mí solo para hacerte feliz.
Prometí serte fiel y nunca
engañarte.
Prometí que mis sueños serían los
tuyos y los tuyos serian míos.
Prometí mañanas dulces, tardes de
alegría y noches de pasión.
Prometí tener una relación
duradera contigo.
Todas estas promesas las hice en
menos de una hora.
Te lo prometí en medio de besos
apasionados.
Lo prometí incluso cuando no
tenía la mínima intención de cumplirlas, porque era lo que querías escuchar en
ese momento y me hacía feliz llenarte de mentiras.
Lo prometí en estado de ebriedad
y con el corazón roto.
No creas que estoy orgulloso de
lo que hice, no creí ser ese tipo de hombre y sin embargo supongo que aún puedo
seguir descubriendo nuevos yoes.
Supongo que no puedes confiar en
las promesas de un ebrio y despechado.
Incluso cuando ese ebrio y despechado soy yo.
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