Pienso que todos vivimos un poco
de expectativas, es normal tenerlas “¿Qué tan buena será esta universidad?
¿Cuánto me van a pagar en mi nuevo trabajo? ¿Voy a tener la vida que deseo?”
esas son algunas de las preguntas que yo me he hecho a mí mismo, expectativas
de poder lograr grandes cosas y me parece que eso está bien.
Pero la cosa con las expectativas
es que por lo general no son impuestas por nosotros mismos sino también por la
sociedad; no sé ustedes pero yo si me he sentido presionado –de forma consiente
como inconsciente– por hacer ciertas cosas porque la sociedad lo dicta, y es
ahí cuando la cosa se vuelve negativa.
Desde pequeño siempre he sido una
persona inteligente, no es que yo lo diga, mis maestros lo decían, mi madre lo
decía, mis tías lo decían, y al final yo también lo termine creyendo porque así
era –o sigue siendo–, pero en cierto punto de mi vida esto dejo de ser una
virtud para convertirse en una carga, o al menos así lo sentía yo.
Siempre pensaba que tenía que ser el mejor en ser inteligente
porque eso es quien yo era, el inteligente, no podía defraudar a todos aquellos
que lo decían, entonces, me esforcé por ser el mejor en ser inteligente,
leyendo, estudiando más, desarrollando esa parte de mí y dejando atrás muchas
otra habilidades –que ahora, que lo pienso me hubiese gustado desarrollar más–
eso me genero demasiado estrés toda la vida, pero eso era lo que esperaba de mí,
y yo tenía que estar a la altura.
No me mal interpretes no es que
no me gustara ser el inteligente, porque la verdad es que me ha traído muchas
ventajas, pero una cosa es hacer algo porque lo disfrutes y otra es hacerla
porque te sientes presionado.
Vivimos en una sociedad que
siempre está demandando más, tienes que ser el mejor, estudia más, trabaja más,
se independiente, haz ejercicios, duerme bien, viaja a estos lugares, come en
estos lugares, compra la casa más grande que puedas, el mejor auto, se nos
enseña que si quieres ser exitoso tienes que ser el mejor en todo lo que puedas
y mientras más joven seas en lograrlo entonces mucho mejor.
El éxito al parecer está ligado a
que tan perfecta tu vida parezca y no a que tan feliz tú seas, y buscar la
perfección es algo agotador e inútil; por años intente ser perfecto, el más
educado, el mejor portado, el más inteligente, el más gentil y sí, tengo mucho
de eso, pero cuando fuerzas esas cosas dejan de ser una virtud y se conviertan
en una carga de la cual al final terminas exhausto, y en la que todos culminan
felices contigo menos tú.
No me mal entiendas no hay nada
malo en esforzarse, querer superarse, dar más de sí mismo, en tener bienes, en
lograr objetivos porque eso nos hace crecer y es importante para nuestra vida.
Pero te invito a que lo hagas por ti, que persigas eso que deseas, que seas
quien quieras ser así no le guste a tu familia, amigos o a la sociedad,
libérate de esos pensamientos que debes vivir de cierta manera porque así lo
dicta el mundo, la individualidad es una de las cosas más bonitas y grandes que
tenemos y vivimos ocultándola tratando de vivir como los demás.
Es bueno tener aspiraciones, es
importante querer crecer, pero no tomes las expectativas que tiene la sociedad
para tu vida como si fuesen una regla a seguir, la perfección no existe, deja
ir todo eso que te ata, esas creencias de que tienes que ser de una manera o
lograrlo tan rápido como puedas, porque la vida se nos va persiguiendo sueños y
llenando expectativas, tanto que olvidamos ser felices en el proceso y al final
de nuestra vida, no importara cuánto dinero tienes en la cuenta o cuanto haz
logrado, si al final no viviste una vida en la que puedas decir que hiciste lo
que quisiste y fuiste feliz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario