lunes, 10 de julio de 2017

17 años

Cuando tienes 17, el mundo te sabe a mundo.
Cuando tienes 17, te sientes mayor, en el refugio de saber que aún eres un niño.
Cuando tienes 17, los sueños saben a posibles, el cielo parece inmenso, la tierra se ve lejos.
Cuando tienes 17, hay nuevos inicios, derrotas, triunfos, tristezas. 
Cuando tienes 17, la vida cobra sentido, sientes la independencia.
Cuando tienes 17, las responsabilidades son más fuertes, pero las enfrentas con valentía.
Cuando tienes 17, comienzas a vivir.
Cuando tienes 17, el mundo es tuyo, y es para ti.

Cuando tienes 17, en lo último que debes pensar, es en la muerte. ¿Cuántos niños de 17 seguiremos perdiendo en el campo de batalla que se ha vuelto nuestro país?

¿Cuántos más sentirás que son tus hijos? ¿Tus hermanos? ¿Tus sobrinos? ¿Tus nietos? ¿A cuántos más se los llevará una bala?

Cuando tienes 17, no mereces morir. 

Para José, Fabian, Neomar, Yeison, Carlos, y para todos nuestros niños a los que les ha tocado vivir en una época tan difícil para todos nosotros, por no haberlos protegido como debíamos... Por haberlos dejado solos luchando contra lo incorrecto.

Por Ana Isabel Hernandez. @Anaih15 




domingo, 2 de julio de 2017

Los hijos de la Revolución.

https://resistenciav58.wordpress.com
Los hijos de la revolución tristemente son DEMASIADOS, estos tienen diferentes nombres, distintos apellidos, provienen de distintas familias y de diferentes regiones del país. Los hijos de la revolución tienen distintas edades, algunos tienen dos, cuatro, doce, dieciséis años...

Los puedes encontrar a lo largo de todo el país, en las grandes ciudades en los pequeños pueblos. Los puedes reconocer fácilmente, ropa bastante desgastada por el uso, con una cara llena de cansancio, enojo y tristeza, y por allá en lo más recóndito esperanza.

Los hijos de la revolución, por circunstancia de la vida nacieron en un entorno donde disfrutar de su niñez no ha sido prioridad, ni para ellos, ni para sus padres. La mayoría  de ellos tienen que salir a las denominadas “calles del hambre”, autobuses, semáforos, centros comerciales, licorerías, y  cualquier establecimiento donde puedan tener un contacto directo con las personas, para poder así pedir dinero para poder comer.

A veces, piden solamente para ellos, otras veces para sus hermanitos también, muchos de ellos han tenido la mala suerte de no tener padres, y están a merced de ellos mismos. Otros tuvieron la suerte de tener padres, aunque estos nunca estaban en casa porque tenían que trabajar todo el día, les proporcionaba comida a diario, o solían tener, en los últimos años aunque no entienden porque han tenido que salir a pedir dinero para poder comer.

Los hijos de la revolución, no han tenido educación ya que han tenido que dejar la escuela, no han tenido un buen sistema de salud, no han tenido oportunidades.

Los hijos de la revolución no saben acerca que si el dólar aumenta a diario a niveles exorbitantes, o si existen o no  empresas que produzcan alimentos diariamente, lo que si saben es que últimamente tienen que pasar más tiempo en la calle para recolectar dinero, la gente no es tan generosa como lo era antes, como hace algunos años, ya no hay tantas personas dispuestas a regalarles un desayuno o algún tipo comida.

http://elestimulo.com/climax/los-hijos-de-la-patria-su-casa-es-la-calle/
Para ellos la felicidad es solo una palabra que han podido escuchar en boca de otros y no experimentarla al cien por cierto. Claro que hay felicidad cuando puedes dormir con el estómago lleno, claro que hay felicidad cuando alguien te regala un par de zapatos así estén usados. Pero esa felicidad es efímera, hay que luchar por ella todos los días. Una lucha que cansa.


 Los hijos de la revolución cada vez son más notorios, han aumentado estos últimos años de la revolución.