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Los hijos de la revolución
tristemente son DEMASIADOS, estos tienen diferentes nombres, distintos
apellidos, provienen de distintas familias y de diferentes regiones del país.
Los hijos de la revolución tienen distintas edades, algunos tienen dos, cuatro,
doce, dieciséis años...
Los puedes encontrar a lo largo de
todo el país, en las grandes ciudades en los pequeños pueblos. Los puedes
reconocer fácilmente, ropa bastante desgastada por el uso, con una cara llena
de cansancio, enojo y tristeza, y por allá en lo más recóndito esperanza.
Los hijos de la revolución, por
circunstancia de la vida nacieron en un entorno donde disfrutar de su niñez no
ha sido prioridad, ni para ellos, ni para sus padres. La mayoría de ellos tienen que salir a las denominadas
“calles del hambre”, autobuses, semáforos, centros comerciales, licorerías,
y cualquier establecimiento donde puedan
tener un contacto directo con las personas, para poder así pedir dinero para
poder comer.
A veces, piden solamente para
ellos, otras veces para sus hermanitos también, muchos de ellos han tenido la
mala suerte de no tener padres, y están a merced de ellos mismos. Otros
tuvieron la suerte de tener padres, aunque estos nunca estaban en casa porque
tenían que trabajar todo el día, les proporcionaba comida a diario, o solían
tener, en los últimos años aunque no entienden porque han tenido que salir a
pedir dinero para poder comer.
Los hijos de la revolución, no han
tenido educación ya que han tenido que dejar la escuela, no han tenido un buen
sistema de salud, no han tenido oportunidades.
Los hijos de la revolución no saben
acerca que si el dólar aumenta a diario a niveles exorbitantes, o si existen o
no empresas que produzcan alimentos
diariamente, lo que si saben es que últimamente tienen que pasar más tiempo en
la calle para recolectar dinero, la gente no es tan generosa como lo era antes,
como hace algunos años, ya no hay tantas personas dispuestas a regalarles un
desayuno o algún tipo comida.
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http://elestimulo.com/climax/los-hijos-de-la-patria-su-casa-es-la-calle/ |
Para ellos la felicidad es solo una
palabra que han podido escuchar en boca de otros y no experimentarla al cien
por cierto. Claro que hay felicidad cuando puedes dormir con el estómago lleno,
claro que hay felicidad cuando alguien te regala un par de zapatos así estén
usados. Pero esa felicidad es efímera, hay que luchar por ella todos los días.
Una lucha que cansa.
Los hijos de la revolución cada vez son más
notorios, han aumentado estos últimos años de la revolución.