Hay sucesos que cambian tu vida,
creo que todos tenemos alguno; en mi caso el suceso que más ha alterado mi vida
ha sido el fallecimiento de mi mamá; existe un antes y un después en mi vida
desde ese momento. Digamos que soy un edificio entonces la muerte de mi madre
fue un terremoto, me destruyo todo solamente quedaron mis bases y desde ese día
tuve que empezar a reconstruir la edificación que soy.
En la nueva reconstrucción una de las cosas que más me cuestione fue mi
creencia en Dios, porque no entendía como ese suceso pudo haber ocurrido, como
mi vida había cambiado tanto en un año y como es que Dios había permitido que
sucediera.
Tanto fue mi cuestionamiento, que deje de creer en Dios por consiguiente perdí
la fe, empecé a vivir solamente porque si, trabajando en pro a mejorar mi vida
pero sin creer que mi vida podía mejorar, algo bastante contraproducente pero
así se sentía mi vida, sin sentido alguno.
Así viví alrededor de un año, y
créanme no hay nada más difícil que vivir sin fe sin esperanzas de que la vida
pueda mejorar, sin sentido, solamente viviendo porque es lo que se supone que
debes hacer.
Cuando llegue a Lima reconecte
con una amiga de la universidad llamada Emily, me invito varias veces a su
iglesia, nunca iba porque no le veía el sentido a hacerlo si al final no creía
en nada, por lo cual lo evitaba.
Hasta que un día en el cual
supongo la tristeza y la nostalgia –mi madre siempre iba a la iglesia los domingos– decidí ir, ese primer domingo en
realidad no paso mucha cosa además de la emoción de ver a mi amiga de nuevo, me
hizo prometer asistir el próximo domingo cosa que hice.
Al segundo domingo paso algo que
solo puedo explicar como “conexión con el espíritu santo” desde el momento que
entre en la iglesia sentí algo dentro de mí que me hacía querer estar vivo cosa
que no me pasaba en más de un año, a la iglesia a la que asisto –Maranatha,
Callao– siempre se inicia cantándole a Dios, y mientras cantaba canciones –que
no me sabía– lagrimas caían de mis ojos, así también cuando el pastor empezó a
hablar.
Romanos 10:17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
Desde ese domingo mi vida empezó
a mejorar, primeramente en mucho tiempo quería vivir feliz, me sentía mucho
mejor –aunque muy triste aún–. Sin embargo, aún tenía muchas dudas en mi vida
porque habían sucedido ciertas cosas y que podía hacer, decidí que debía tener
una conversación con el pastor de la iglesia, quien mejor que él para que me
explicara los misterios de las obras de Dios ¿No?
Sucedió que al tercer domingo en
el cual se suponía que iba a tener la charla con el pastor, no hubo necesidad,
Dios hablo directamente conmigo a través de la predicación, ese día me pareció
tan increíble como todas las dudas que tenía fueron respondidas de una u otra
forma. Ese día mi fe fue reafirmada y empecé a vivir mi vida con algún tipo de
sentido.
Unas semanas después de estar
asistiendo a la iglesia y sobre todo después de reconectar con mi fe en Dios,
conseguí mi primer empleo profesional en Lima cosa que agradezco mucho, pero lo
más importante que Dios hizo por mí fue que me devolvió las ganas de vivir una
vida feliz.
Escribo esto para recordarles a
todos –y sobretodo a mí– que Dios no nos abandona, que por muy mal que estemos
él siempre puede mejorar nuestra intención
no importa que tan enredado el camino, o que tan difícil este nuestra
vida, si podemos creer en él y su palabra nuestra vida será más feliz.
Gracias Dios, por salvarme en mi
peor momento y por seguir manteniéndome.
Ojo no quiero decir que desde ese día mi vida ha sido de las mil maravillas,
pero si ha sido notablemente mejor. Dios puede cambiar todos nuestros malos
momentos, empieza a desarrollar una conexión con él, cree en él y ten
paciencia.
Hasta una próxima lectura, gracias por estar aquí. Dios los bendiga.
Romans 8:18 The pain that you have been feeling can’t be compared to the joy that is coming