Me
dejo engañar por quien quiero. Por quien quiero que me quiera. Me vuelvo
ingenuo y me lo creo todo. Al fin y al cabo, el amor es la mentira más grande
del mundo. Con sus "para siempres" y su incondicionalidad de
mercadillo.
Aún
así, es una mentira por la que merece la pena cerrar los ojos. Una de esas
cosas que suceden sin remedio; como una catástrofe de las que nadie avisa hasta
que te toca evaluar los daños. Puede ser la elección más fácil, o un pasillo de
oportunidades cuando estás más indeciso. Es como una buena decisión susurrada
que te atribuyes cuando nadie escucha.
Alguien con más suerte que yo me dijo una vez, que el corazón es el único lugar, en el que si tienes algo, no te pertenece. El amor es la mejor estrategia para cumplir fantasías. A veces lo llenamos con palabras enormes, como un "te quiero" o un "te lo dije". Porque nos hace un poco egoístas, y muy propensos al miedo escénico.
No
estamos preparados para descubrir que no somos el héroe de la película. Porque
hemos nacido para ese papel, y aunque se puede ser feliz de otras maneras,
éstas requieren mucha imaginación. Somos los buenos y la escena final tenemos
que ser felices y salvar a alguien.
El
amor es una gran mentira sin manual de instrucciones. Llena de verbos y
promesas. Nos convierte en malabaristas y en diana, y no entiende de murallas
ni de falta de equilibrio. Es una gran mentira y yo, siempre que puedo, me dejo
engañar.
Escrito por el grande Javier Mateos Ballester @ledandelion
Escrito por el grande Javier Mateos Ballester @ledandelion